A raíz de la presentación que han hecho mis compañeros y divagando un poco acerca del tema, me he dado cuenta de la difrencia de trato que existe entre el comercio de drogas, que se persigue en la producción y casi nada en el uso, y el comercio de armas, en el que no se persigue la producción pero si el uso.
Armas y drogas están cada día de una manera más clara insertadas en nuestra sociedad. A nadie sorprende ya, ver una foto de un menor empuñando un arma o consuminedo algún tipo de sustancia ¿a que se debe esto?
Para mí no es sino una prueba más de la escasa sensibilidad reinante en nuestras sociedades donde todo se banaliza, se relativiza. La sociedad sólo se moviliza cuando los medios 'bombardean' con un cierto tema o suceso que ha ocurrido, luego tiene lugar una larga procesión de nuevas mediadas que se llevarán a cabo al respecto de los sucedido, pero...todo queda finalmente, con el paso del tiempo en palabras y nunca con hechos.
Nuestra sociedad está en pleno declive ético/moral. Hemos pasado de una estricta moral católica a otra donde prima lo material, el hedonismo a ultranza, la no asunción de la responsabilidad, del no respeto al prójimo...
Antes y ahora, sociedades hipócritas. ¿No podemos encontrar un término medio? Aquel en el que la palabra dada, la honorabilidad,... sean tenidas en cuenta, que su mero enunciado no provoque la aparición de sonrisas incrédulas, mofas.
Defender, denunciar lo anterior no es patrimonio de ideología alguna, sino de personas que se preocupan de su entorno, de la calidad de vida. En fin, pongámonos de nuevo las máscaras y disfrutemos del carnaval que nos hemos ido creando, reflejo imperfecto de nosotros mismos.
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