jueves, 10 de enero de 2008

10/01/08 Los hechos que valen más que mil palabras



Si queremos definir qué es una conferencia, podemos decir que se trata de una exposición amplia sobre un tema determinado, que viene acompañada de una sólida investigación y que permite a los asistentes despejar inquietudes e interrogantes.
Cuando damos una conferencia se trabaja en dos direcciones. La primera, hacia la información, ya que estamos influyendo de una manera u otra en el receptor; y la segunda, está orientada a la formación, ya que a través de la misma, se persigue impactar tanto en el pensamiento, como en las aptitudes de los oyentes.
El auditorio lo pueden componer un universo de personas, es decir, un amplio número de hombres, mujeres y niños, cada uno con una formación académica, religiosa y cultural totalmente distinta. De ahí, que la exposición debe estar orientada a muchos seres y el objetivo es que desde un niño hasta un anciano tengan comprensión de aquello que está exponiendo.
A menudo, cuando se lleva a cabo una conferencia está se realiza con un propósito específico, por tanto, para que esto se pueda realizar con éxito es conveniente ayudarse de soportes y llevar preparado el tema. De esta manera, estaremos cumpliendo el propósito de informar y a la vez, de formar.
Una conferencia es como una buena comida. Dedicamos horas a prepararla y una hora a degustarla. Es igual que en la cocina, para preparar una buena conferencia debemos tener en cuenta muchos factores y no confiar nunca en la improvisación absoluta.

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